LOS ESTUDIOS OBSERVACIONALES DEMUESTRAN QUE EL TABAQUISMO INCREMENTA DE FORMA SIGNIFICATIVA EL RIESGO DE TENER ESCLEROSIS MÚLTIPLE, Y ES UN FACTOR DE RIESGO INDEPENDIENTE.
La Revista Neurología ha publicado recientemente una revisión que recoge las conclusiones extraídas tras más de 60 años de estudios relacionados con los efectos del tabaquismo sobre la Esclerosis Múltiple.
Esta revisión determina que existe suficiente evidencia para afirmar que el tabaquismo incrementa el riesgo de Esclerosis Múltiple, aunque resulta más difícil determinar las formas en que afecta a la progresión de la enfermedad, debido a la gran variabilidad de estudios y a los resultados contradictorios. Además, subraya que, dada la complejidad de la enfermedad y las diversas formas en que se presenta en cada persona, el aumento de riesgo debido al tabaco puede diferir en función de los factores genéticos y medioambientales.
EL TABACO Y EL RIESGO DE TENER EM
Los primeros estudios que sugieren una asociación entre el tabaco y el riesgo de tener Esclerosis Múltiple se realizaron a mediados del siglo XX, en los años 60. No obstante, ha sido durante estos últimos años cuando se ha podido constatar una evidencia epidemiológica sobre el aumento de EM asociado al tabaco, al igual que ya lo había hecho con otras enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la enfermedad de Graves o la cirrosis biliar primaria. Sin embargo, los mecanismos por los cuales el tabaco aumenta la susceptibilidad a desarrollar la enfermedad o incluso incidir perjudicialmente en su curso todavía son desconocidos.
Algunos de los estudios sobre el tema parecen señalar que tanto la duración como la intensidad del consumo de tabaco, así como su exposición, parecen afectar al aumento de riesgo de tener la enfermedad. Además, también apuntan a que el efecto perjudicial de fumar disminuye lentamente tras abandonar el hábito, independientemente de la dosis acumulada. Esto significaría que, dejando de fumar en cualquier momento de la vida, se reduciría la probabilidad de tener Esclerosis Múltiple.
EL TABACO Y EL CURSO DE LA ENFERMEDAD
Con respecto al curso de la enfermedad, se han utilizado diversas variables: empeoramiento de síntomas, número de brotes, conversión a partir de un síndrome clínico aislado, conversión de EMRR a EMSP, grado de discapacidad, calidad de vida o mortalidad.
Aunque en la mayoría de estos indicadores los estudios realizados han mostrado resultados contradictorios, sí que parece que existe bastante consistencia al afirmar que el tabaquismo aumenta la probabilidad de conversión de Esclerosis Múltiple Recurrente Remitente en Esclerosis Múltiple Secundaria Progresiva, aunque no parezca existir ninguna relación entre ser fumador y presentar una forma clínica progresiva desde el inicio de la enfermedad. Estudios recientes también apuntan a que fumar podría tener una relación directa con el incremento de la progresión de la discapacidad en personas con EMRR. No obstante, la heterogeneidad de los estudios no permite en ninguno de estos casos establecer una conclusión firme.
Otro de los indicadores estudiados hace referencia a los efectos del tabaco sobre la respuesta al tratamiento. En este sentido, dos estudios realizados en 2010 y 2014 demostraron que, para los tratamientos objeto de estudio, los fumadores activos mostraron un mayor riesgo de desarrollar anticuerpos neutralizantes.
COMO CONCLUSIÓN: los datos parecen apuntar, en términos generales, a que el tabaco ejerce un efecto negativo sobre la Esclerosis Múltiple. Es una exposición evitable que ha mostrado un aumento de riesgo de EM, aunque al existir otros numerosos factores determinantes, son necesarios más estudios que evalúen la interacción entre diferentes factores de riesgo. En este sentido, además, el incremento de conocimiento sobre cómo el tabaco afecta a la enfermedad, podría ayudarnos a comprender la causa de la enfermedad, y desarrollar nuevas dianas terapéuticas.
Fuentes: FELEM (19/2/2015)
http://www.neurologia.com