LAS PERSONAS CON EM QUE DEJARON DE RECIBIR SU TRATAMIENTO MODIFICADOR DE LA ENFERMEDAD DESPUÉS DE AÑOS DE ESTABILIDAD EN SU ENFERMEDAD A MENUDO EXPERIMENTAN RECAÍDAS, Y SON TAMBIÉN MÁS PROPENSOS A SUFRIR UNA PROGRESIÓN DE LA DISCAPACIDAD QUE PACIENTES SIMILARES QUE CONTINÚAN TOMANDO LA MEDICACIÓN
Un equipo de investigadores expuso las conclusiones del estudio que mostraba esta relación en el 31 Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS).
Después de una mediana de 4,85 años tras interrumpir el tratamiento, el 36,4% de los pacientes experimentaron una recaída y el 30,8% sufrieron una progresión de la discapacidad sostenida durante tres meses, dijo en una sesión Ilya Kister, Profesor asistente de Neurología del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York.
El doctor Kister apuntó que tanto los pacientes que abandonaron el tratamiento como aquellos que lo mantuvieron experimentaron tasas similares de recaída, pero la progresión de la discapacidad fue evidente tras dos años en aquellos que habían parado el tratamiento. El riesgo de sufrir una progresión de la discapacidad sostenida durante tres meses fue un 47% mayor en esos pacientes (Hazard Ratio 1,47 [Intervalo de confianza al 95% 1,18-1,84, p=0,001]).
“Sabemos un montón sobre cuándo empezar con los agentes modificadores de la enfermedad en personas con Esclerosis Múltiple, pero hay poca información sobre cuándo parar, especialmente en pacientes que no presentan evidencia de actividad inflamatoria,” dijo el doctor Kister. “¿deberíamos seguir indefinidamente con estos fármacos?”
Los investigadores realizaron una comparación retrospectiva entre pacientes que habían sido tratados con fármacos modificadores de la enfermedad de primera línea durante al menos tres años, que no habían padecido recaídas durante al menos los cinco años previos a la interrupción del tratamiento, que se habían sometido a un seguimiento durante al menos tres años después de dejar los fármacos y no recomenzaron con la terapia al menos en los tres meses posteriores a finalizarla. Estos pacientes fueron comparados con pacientes que no habían interrumpido la medicación.
Todos los 426 pacientes estaban recibiendo originalmente tratamientos basados en interferón o acetato de glatiramer. El cuarenta por ciento de los pacientes informaron sobre sus razones para parar el tratamiento; entre ellas estaban la ausencia de mejora, la inconveniencia o la intolerancia. Alrededor del 11% informó de una progresión de la enfermedad como la razón de abandonar el tratamiento.
Los pacientes tenían 45 años de media y el 71% eran mujeres. Habían sido diagnosticados con Esclerosis Múltiple hacía unos 14 años.
Como comentario al estudio, el doctor Ralf Gold, Profesor y Jefe de Neurología en la Universidad de Bochum en Alemania, que moderó la sesión oral y no estaba involucrado en el estudio, dijo al reportero del Neurology Today en la conferencia que “para mí fue una sorpresa que la progresión de la enfermedad ocurriera tan rápidamente en pacientes que dejaron de tomar sus fármacos modificadores de la enfermedad.”
“Vimos que las recaídas tendían a ocurrir con la misma tasa en pacientes que habían abandonado o que mantenían su medicación, pero la progresión de la enfermedad fue la diferencia principal. Siempre he estado a favor de no parar, y pudimos ver que cerca de un tercio de los pacientes que dejaban de tomar su medicación presentaban incidencias.”
La tasa de eventos sugiere que parar la terapia podría ser un riesgo demasiado grande, dijo el doctor Gold. Sin embargo, apuntó que el estudio no es un ensayo prospectivo y que los pacientes pueden haber parado la terapia porque la progresión de la enfermedad ya estaba ocurriendo. Una de las limitaciones del estudio es que los investigadores no sabían por qué los participantes habían abandonado la terapia en la mayoría de los casos.“Realmente necesitamos un estudio prospectivo que determine si hay pacientes que pueden dejar de tomar la medicación de una manera segura“, comentó el doctor Gold.
El doctor Kister apuntó que tal ensayo está actualmente en progreso. Está siendo dirigido por John Corboy, miembro de la Academia Americana de Neurología, profesor de Neurología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Colorado Denver y codirector del Centro EM de las Montañas Rocosas en el Campus Médico Anschutz de Aurora.
FUENTE:
http://journals.lww.com/neurotodayonline/blog/NeurologyTodayConferenceReportersCongressofECTRIMS/pages/post.aspx?PostID=3